En la tradición del Ashtanga yoga se considera la relación que los seres humanos tenemos con la naturaleza y la luna, estamos integrados, somos parte del todo. Por eso no podemos olvidar que, así como la luna influye sobre las mareas y cultivos (entre otras cosas) también lo hace sobre nuestro cuerpo, que está constituido por un muy alto porcentaje de agua (al menos un 75%).
Ejerciendo su influencia sobre nuestros fluidos, aguas, energía y vibraciones. Los días de luna llena o nueva hay tendencia a sentirnos raros físicamente, quizá con mucha o con poca fuerza (depende de la persona), con la mente un poco dispersa o dificultad para concentrarse, y emociones un poco fluctuantes. Las aguas internas están más alteradas en nosotros.
Hay maestros que indican que hay mayor propensión a lastimarse en días de luna.
En estos días se recomienda descanso o prácticas suaves, mimos y mucha meditación, así aprovecharás al máximo la energía auspiciosa de la luna.
Los días de Luna son muy esperados por los practicantes regulares, pues son dos días más al mes que dedicarmos al descanso. Recordemos que en la tradición del Ashtanga yoga se invita a que la práctica de asanas sea diaria, sea un hábito más de cada día, por lo que practicamos 6 días a la semana y descansamos 1.
Los días de Luna en nuestra escuela se acostumbra hacer Yin yoga. Indicado sobre todo si no eres un practicante de seis días a la semana.